El valle del Bidasoa ha sido un lugar clave para la introducción o exportación de géneros sin pagar los derechos de aduana a los que están sometidos legalmente, además del comercio de productos prohibidos.
UN POCO DE HISTORIA
Las fronteras entre Francia y España no fueron fáciles de delimitar por los diferentes intereses políticos y económicos a cada lado de la frontera. No es hasta el Tratado de los Pirineos firmado en 1659 en la Isla de los Faisanes, que considera la cadena montañosa de los Pirineos como la división entre los dos reinos. Aún y todo, la frontera quedó sin precisar hasta 1856 con el Tratado de Baiona, que es cuando se colocaron 272 mojones fronterizos.
A lo largo del siglo XX, y con la posguerra, los valles pirenaicos vivieron tiempos de autarquía y cierre de fronteras. Estos hechos propiciaron que los vecinos de estas tierras recurrieran a un modo alternativo de ganarse la vida, el contrabando, un delito hecho arte por los lugareños que se las ingeniaban de mil maneras para eludir los controles y hacer llegar las mercancías que transportaban a sus lugares de destino.
Algunos de los testimonios de aquellos individuos que, amparados en la oscuridad, y perfectos conocedores del monte y del bosque, sabían utilizar mil argucias para burlar la vigilancia. Cuentan como utilizaban zuecos de madera con los que calzaban sus pies, en los que en la suela iba tallado el pie al revés, de tal forma que la Guardia Civil que descubría aquellas huellas que iban, lo que realmente tenían delante eran unas huellas que volvían. Además se utilizaban zuecos que dejaban huella de herradura, o de pezuña de vaca.
En el periodo de 1940-1970, última época del esplendor del contrabando en el valle del Bidasoa, y puerta de Europa a la Península. Se diferenciaba entre dos formas de contrabando:
Además hay que tener en cuenta que en el mismo valle del Bidasoa existían puestos internos de aduana y control de mercancías.
Todos los productos y mercancías que tuviesen una significativa diferencia de precio o simplemente estarían prohibidos a uno de los lados de la frontera eran objeto de contrabando. De este modo, desde productos alimenticios y de primera necesidad como el pan, el azúcar, el pescado, el café, a ganado, los suministros y maquinaria industrial, el tabaco, bebidas, ropa, televisiones, dinero, oro y hasta personas. También se les ayudaba a cruzar la frontera a los huidos de la Guerra Civil española (nacionalistas, makis…), de la Segunda Guerra Mundial (judíos, pilotos de aviación…) y emigrantes portugueses que cruzaban clandestinamente la frontera en dirección a Francia.
CURIOSIDADES A TENER EN CUENTA
El valle del Bidasoa atravesado por este río truchero y salmonero es corto, rápido y caudaloso. Nace en el término de Erraztu y hasta Oronoz-Mugaire se denomina aún río Baztan. En su recorrido recoge las aguas de multitud de ríos y regatas, muy comunes en esta zona pirenaica.
El río Bidasoa recorre 69 km. por Navarra hasta su desembocadura en el Cantábrico en la bahía de Txingudi, corresponden a los municipios de Irun y Hondarribia (Gipuzkoa), y Biriatu, Urruña y Hendaia (Lapurdi).
Estamos en la comarca de Cinco Villas o Bortziriak. Bera, Lesaka, Igantzi, Etxalar y Arantza. 5 pueblos con categoría histórica de villas y cuya personalidad ha estado marcada por su proximidad a las fronteras y la existencia de las primeras ferrerías.
Recorrido a pie en siete etapas
Latitud: 43.232838 | Longitud: -1.637696
Es un producto de BERDEAGO, Asociación Europea para la Sostenibilidad
Plaza Celestino María del Arenal, Nº 3º - 4º Trasera 48015 Bilbao - Bizkaia
Teléfono [+34] 944 967 717