El elemento diferenciador entre la cultura de España y el resto de Europa, la encontramos en la civilización islámica que durante ocho siglos ha tenido presencia en el territorio. Muchos testimonios patrimoniales tanto materiales como inmateriales han quedado como reliquias de aquél fenómeno.
La palabra “mudéjar” procede de “muddayán”, adjetivo que se le asignaba durante la Edad Media a todo aquél musulmán que permanecía en tierra cristiana y seguía practicando su religión y sus costumbres. En el siglo XIX el termino fue adoptado para calificar aquellas expresiones artísticas y culturales cristianas que manifestaban un origen islámico. En 1248 cuando Sevilla es conquistada a los almohades por los ejércitos cristianos de Fernando III empieza el Mudéjar. Este arte se encuentra disipado por toda la ciudad, pero especialmente en el Noroeste.
En la conquista cristiana se produjo un curioso fenómeno en el que el arte y las artesanías de los musulmanes vencidos prevalecieron sobre las cristianas. Fueron los mudéjares los que se dedicaron a las artes de la construcción trabajando de manera única el ladrillo, los revestimientos de yeso, techos de madera, zócalos y pavimentos de cerámica vidriada y muebles de taracea.
De este modo, el mudéjar se irá mezclando paulatinamente con los estilos artísticos cristianos que llegan desde el norte. Sevilla reconquistada por Fernando III en 1248 es el gótico francés el que se mezcla con el almohade local. Más tarde, en el siglo XV, será el gótico alemán el que se mezcla con el arte nazarí que había llegado a Sevilla en el siglo XIV desde el Reino de Granada con cuyos monarcas mantuvo Pedro I excelentes relaciones diplomáticas. El palacio que hace construir en Sevilla este rey es la mejor muestra de arte mudéjar y la Catedral.
La muralla almohade del siglo XII protegió la ciudad de Sevilla y constituyó la ciudad fortificada más grande de la Europa. Sevilla era la capital del reino almohade y prueba de ello son los fragmentos conservado entre la puerta de la Macarena y la de Córdoba.
Los cristianos ocupan Sevilla en 1248 sin recursos ni mano de obra para emprender nuevas construcciones, por lo que comienzan a ocupar los edificios islámicos en desuso. Las mezquitas fueron convertidas en iglesias, en el siglo XIII después del terremoto de 1356, el rey Pedro I, impulsa la construcción de las nuevas parroquias. Algunos ejemplos los encontramos al norte de la ciudad: San Gil, Santa Marina, San Marcos, San Julián, Danta Lucía, Omniun Sanctoum, Santa Catalina etc. La mezquita mayor no sería sustituida por la catedral hasta el siglo XV.
El gran palacio de Sevilla es el Real Alcázar donde destaca el Palacio del Rey Don Pedro. Uno de los más antiguos es el de los Condes de Altamira (s. XV). El Palacio de las Dueñas, el de los marqueses de la Algaba o la Casa de Pilatos (s. XVI) son de formas y materiales islámicos mezclados con los renacentista.
Muchos de los conventos sevillanos fueron fundados en casas y palacios musulmanes y más tarde conservando elementos de su origen mudéjar se reforman para adecuarlos a su nuevo uso.
El palacio de los marqueses de La Algaba de estilo Mudéjar es del siglo XVI y se construyó por la familia Guzmán. En su fachada se integró la torre de otro palacio del siglo XV. Su portada es una de las más espectaculares del Mudéjar civil español y mezcla las tres culturas artísticas: la islámica, la gótica del norte de Europa y la renacentista de Italia.
Descubrir los lugares más recónditos de la ciudad, en un recorrido para toda la familia, con una longitud de 3 Km.
Comenzamos en la Iglesia Colegial del Divino Salvador ubicada en pleno centro de Sevilla, es tras la Catedral, la iglesia más grande de la ciudad. Junto a la estatua de Martínez Montañés hay una puerta, entrad por ella al patio de la iglesia donde podréis encontrar restos romanos y visigodos. Además de los restos de la mezquita de Ibn Adabass, que durante el siglo IX sirvió como la primera mezquita aljama. Después de que las tropas cristianas del rey San Fernando conquistasen la ciudad en 1248.
Saliendo del patio por la otra puerta, a través de un estrecho túnel, continuad la travesía en dirección a las Siete Revueltas, junto a la Plaza de Jesús de la Pasión o “Plaza del Pan”, llamada así porque en el siglo XVII se ubicaban en ella los puestos de venta de pan.
La calle Siete Revueltas en el casco histórico de Sevilla, cuyo nombre proviene de los siete giros que hallaremos tras alcanzar cada una de las ocho esquinas de la calle. Aquí prestad atención al capitel de una de las esquinas donde vais a encontrar animales esculpidos en piedra. La casa a la que pertenece este capitel también muestra en su fachada un ser mitológico.
Atravesando la calle Puente y Pellón, llegaremos a la Plaza de la Encarnación. Aquí se encontraba el Convento de la Encarnación que fue saqueado durante la ocupación francesa, a principios del siglo XIX. De este, sólo se conserva la fuente del siglo XVIII, cuyo destino original fue el patio del convento, pero cuando este fue demolido, la fuente se reubicó en la plaza.
En el año 2004 se realizó un concurso internacional de ideas para dar a esta plaza una estructura diferente y que constituyera un lugar de encuentro. El alemán Jürgen Meyer fue el arquitecto ganador con su proyecto denominado Metropol Parasol o “Las setas” como es conocido por los locales. La plaza de la Encarnación mezcla la tradición con el futuro de la ciudad en una unión extraordinaria.
El Mercado de abastos de la Encarnación se inauguró en diciembre de 2010 donde encontramos fruterías, carnicerías, ultramarinos, pescaderías, cafetería y una joyería.
Continuando en la plaza de la Encarnación visitamos el Antiquiarium, espacio que alberga las primeras piedras que se colocaron en la plaza. El Antiquarium está cubierto por una cambiante capa de vidrio y en él se hallan los restos romanos, desde el emperador Tiberio (30 d.C.) hasta el s. VI. También encontramos una casa islámica almohade de los siglos XII y XIII.
Accede al ascensor que sube a “las setas” donde podrás pasear por las pasarelas y el mirador a 28,5 metros de altura sobre la cubierta de madera para disfrutar de las vistas a toda la ciudad.
Más tarde recorremos la calle Regina hacia la calle Feria, donde veremos gran cantidad de comercios conocida con el nombre de “Regina Market”, aquí habitualmente se realizan interesantes actividades que invitan a la participación, el segundo sábado de cada mes. En la calle Feria todos los jueves por la mañana hay un mercadillo de curiosos artículos como juguetes antiguos, colecciones de cromos y comics con más de 30 años.
Al llegar junto a la iglesia de San Juan de la Palma, encontramos una Casa-Palacio cuyo fundador fue Gonzalo Arias Saavedra de la noble familia de los Condes de Castellar y destaca por su entrada barroca. Al pasar a manos del conde de Torrenueva su espacio se convertiría en unas enormes caballerizas.
A finales del siglo XIX el pueblo sevillano empezó a conocerla como Casa de los Artistas, ya que se convirtió en un verdadero imán para las personas vinculadas al arte. Así el bailaor Pericet tenía allí aquí su famosa academia y además se grabaron películas como “Currito de la Cruz” (1925), “Brindis al cielo”, “La mujer y el pelele” con Brigitte Bardot, y la televisiva “Rinconete y Cortadillo” (1965).
La Iglesia de San Juan de la Palma ubicada sobre los restos de una antigua mezquita, de la podemos encontrar el arranque del alminar, la zona de la capilla sacramental y parte de la puerta de acceso principal. En una ventana muy cercana a la iglesia podemos ver una imagen de Cristo en la advocación de Jesús de los Afligidos. Conocido como el “Señor de la Ventana” fue realizado por el imaginero malagueño José Merino Román.
Continuamos por La calle Dueñas llamada así debido a que en 1248, La Compañía de las Dueñas instalan allí una de sus casas. Y en ella se encuentra El Palacio de las Dueñas perteneciente a la Casa de Alba. Construido entre los siglos XV y XVI, es uno de los hitos de la arquitectura palacial de la ciudad. Aquí nació el poeta Antonio Machado y es la residencia de Cayetana Fitz-James Stuart, Duquesa de Alba.
Seguimos por la calle Bustos Tavera donde vivió durante el siglo XIV un afamado caballero del mismo nombre. Además el Tribunal del Santo Oficio, estuvo en el número 24 de esta calle en 1635. Esto se debió a la realización de obras en la sede original de dicha institución: El castillo de San Jorge, en Triana, espacio que también puede visitarse.
Continua hasta la calle San Luis, calle histórica porque según las investigaciones el cardo máximo de la ciudad romana fue buena parte de lo que hoy comprende su viario. Con la dominación musulmana se haría llamar la Calle Mayor, y tras la conquista cristiana seria conocida como la Calle Real. En uno de sus extremos se encuentra la Puerta de la Macarena o el “Arco de la Macarena”.
La Iglesia de San Marcos de estilo mudéjar sevillano, en su portada encontramos una imagen de Dios Padre agarrando con su mano izquierda un globo terráqueo. Esta escena corona los cinco arcos apuntados, tan típicos del arte mudéjar.
Nuestra travesía continúa hasta el convento de Santa Isabel. En el corazón del barrio de San Julián, anexo al convento de Santa Isabel y la plaza de Santa Isabel. En su centro, una enorme pila y en su fachada principal hay un azulejo que nos relata un la historia de este lugar. Proseguimos por el barrio de San Julián donde podremos encontrar el Corral de vecinos nº 10, conocido como Casa de la Parra.
La vieja Iglesia de San Julián de estilo gótico-mudéjar hispalense construido en la primera mitad del siglo XIV, sufrió un incendio y saqueo en 1932. Además fue el lugar en el que se celebraron numerosos concilios con San Isidoro y San Leandro. Bajo su solería, existe una gran cripta que arranca del presbiterio y se extiende más allá de los pies de la iglesia de San Hermenegildo. La Iglesia de San Hermenegildo del siglo XVII alberga una pequeña capilla donde cuenta la leyenda, el santo permaneció cautivo.
Las Murallas de Sevilla bajo el dominio cartaginés la muralla estaba compuesta por madera y barro principalmente. Al llegar los romanos, entre los años 65 y 68 a.C., Julio César reconstruyó la muralla empleando grandes cantidades de piedra. En esta época se añadieron las puertas para entrar en la ciudad y los torreones de vigilancia. Los árabes agrandaron las murallas y las fortalecieron, previniendo así ataques de los cristianos del norte de España. En el año 913, el califa Abderramán III mandó destruir las murallas como una estrategia para evitar los intentos de separación del poder del califato de Córdoba (capital de Al-Ándalus). Sin embargo en 1023 el primer rey taifa de Sevilla, las reconstruye con su fin original, la protección contra tropas cristianas. Podéis pasar al otro lado de la muralla por la segunda puerta que encontréis.
Tan sólo permanecieron algunos trazos de muralla en el barrio de la Macarena y en las cercanías de los Reales Alcázares. Uno de los restos mejor conservados de la muralla, son las llamadas murallas de la Macarena. Si las seguimos encontraremos el arco de la Macarena, una antigua puerta, y la basílica de la Macarena. Esta es la sede de la Hermandad de la Macarena que sale en procesión el Viernes Santo, en la popular “madrugá”. El Paso de Cristo sale escoltado por una centuria de soldados romanos con un vestuario que incluye coraza y yelmo.
Y llegamos al final del itinerario alcanzando el Hospital de las Cinco Llagas fundado en el año 1500. La construcción de este edificio supuso la mayor empresa arquitectónica de España hasta la construcción de El Escorial y estuvo respaldada por las fundaciones hospitalarias de los Reyes Católicos. Este fue el mayor hospital existente en toda Europa durante casi doscientos años y desde 1992, coincidiendo con la Exposición Universal de Sevilla, se reformó para constituirse como la sede del Parlamento Andaluz.
La Judería de Sevilla es una de las más antiguas de España. Comprendía los barrios de Santa Cruz, Santa María La Blanca y San Bartolomé y estaba separado del resto de la ciudad por un muro que bajaba desde el comienzo de la calle Conde de Ibarra, paseando por la Plaza de las Mercaderías hasta la muralla de la ciudad.
Los judíos estaban asentados en una amplia extensión de la ciudad adosada al Alcázar. Con la expulsión de los judíos en 1492, el barrio pasa a formar parte de la ciudad cristiana.
Alfonso X otorgó a los judíos tres sinagogas, la que hoy corresponde a la actual parroquia de Santa María la Blanca que es la más fiel a su pasado, la que estaba ubicada en la Plaza de Santa Cruz que en la actualidad no existe y la que se transformó en la parroquia de San Bartolomé. Además los hebreos gracias a los favores de la Corte erigieron nuevas sinagogas como la del Convento de la Madre de Dios, hoy Facultad de Medicina, la del Colegio Mayor y la de la Alcoba, ubicada en las proximidades del jardín del Retiro.
Al barrio judío se accedía por diferentes puertas, la Puerta de la Carne a la que los árabes llamaban Bab Yahwar. Cerca de la Catedral, en la actual calle de Mesón del Moro había otra puerta de acceso, la tercera puerta, la de San Nicolás, se encontraba al comienzo de la calle San José. La puerta del Atambor junto al Alcázar era pequeña y se cerraba por las tardes a los sones del tambor del cuerpo de la guardia. Esta puerta estaba al comienzo de la calle Rodrigo Caro, en honor al escritor del siglo XVII de origen hebreo. Las tres puertas principales se cerraban al toque del ángelus (18h.) y se abrían a la mañana siguiente.
El gran mecenas de la Sevilla judía fue Pedro I en esta ruta puedes admirar los barrios y vestigios arqueológicos como los palacios de Céspedes, Áltamira, Levies y Mañara.
Sevilla está presente en más de 100 óperas y esto ha propiciado su universalización durante siglos de la mano de grandes autores como Mózart, Bethooven o Bizet.
Durante los siglos XVI y XVII la ciudad hispalense era conocida en el mundo por artistas y literatos. Los escritores del Siglo de Oro comenzaron a escribir sobre ella y la convierten en un referente como escenario argumental de las grandes épocas románticos en los siglos XVIII y XIX.
Así obras como Carmen, El Barbero de Sevilla, Don Giovani, La Favorita, Fidelio, Las bodas de Figaro y La fuerza del destino están inspiradas en lugares reales o evocados para descubrir con esta ruta.
Recorre los escenarios que inspiraron a los grandes mestros de la ópera. Lugares de leyenda o que figuraban en las obras literarias. Los espacios sevillanos citados en las operas Carmen, El Barbero de Sevilla, Don Juan de Mañara, La fuerza del destino, Fidelio, María de Padilla y La Favorita son obras vinculadas a las calles, plazas y edificios de Sevilla.
Visita la Antigua Fábrica de Tabacos con su Vieja Cárcel, La Casa de Fígaro, el Hospital de la Caridad, La Real Maestranza de Sevilla, el Mercado de Triana construido sobre el antiguo Castillo de San Jorge.
Otros lugares en el centro de la ciudad presentes en la ópera son el Alcázar, la Judería, el Callejón del Agua, el Palacio de los Mañara y donde se imaginó el Balcón de Rosina en el barrio de Santa Cruz.
Otra manera de acercarte a Sevilla es a través de los personajes de estas óperas como Carmen, Don Juan y Figaro.
Carmen gitana pasional, independiente, persuasiva y símbolo romántico por encarnar ideales contrapuestos a la mentalidad de la época encontró en Sevilla su escenario ideal para desarrollar su entramado.
Don Juan personaje inspirado en el protagonista de “El burlador de Sevilla y convidado de piedra” de Tirso de Molina ha dado lugar a cincuenta óperas y es en Sevilla durante el Románticismo donde más se magnificó, hasta el punto de crear la leyenda de que el personaje pertenecía a la vida real sevillana de la época. Visita la Casa de Don Juan Tenorio, Palacio de Mañara, Estatua de Don Juan, Hostería del Laurel, Casa de Doña Ana Pantoja, Hospital de la Caridad y el Sepulcro de los Tenorios.
Fígaro protagonista de El Barbero de Sevilla, Las Bodas de Fígaro y la madre culpable obra del Beaumarchais a finales del siglo XVIII. La vinculación de Las bodas de Fígaro con la ciudad es porque a esta se le consideraba la capital de Romanticismo y Fígaro llevado a la ópera por autores como Rossini y Mozart nos trasladaron a la Sevilla de la Ilustración visitando la Casa de Fígaro, Barrio de Santa Cruz y el Balcón de Rosina.
La Ruta por la Sevilla de 1929 por Las Delicias Viejas viaja desde el Centro Temático del Costurero de la Reina que nos lleva desde el Paseo de San Telmo hasta el Paseo de las Delicias cruzando la Glorieta de Covadonga. Así recorre los Pabellones de Chile, de Sevilla, de Prensa, Domencq, de Argentina de Guatemala.
Las fuentes y glorietas para disfrutar de la luz, el agua, la cerámica hispalense recorriendo las glorietas del Cid, de Bécquer, de Gabriela Ortega Gómez, de la Infanta María Luisa, de Juanita Reina, de Concha Piquer, de los Hermanos Quintero y de Ofelia Nieto y el estanque de Los Lotos, la isleta de los Pájaros, la Fuente de las Ranas y de los Leones, el Monte Gurugú y la Plaza de América.
Observa la arquitectura indigenista que trabaja en la adaptación al medio físico de Latinoamérica. Se manifiesta como parte integral de la cultura y ésta pertenece a un grupo humano que aporta sus costumbres, recursos y conocimientos desarrollando de manera individual unas serie de símbolos que se destacan en la arquitectura. El paseo por el Centro Temático del Costurero de la Reina recorre los Pabellones de Perú, Uruguay, Gatemala, Colombia, México y Cuba.
Los Museos en su labor de conservación investigación y difusión de valores culturales está muy vinculada al centro temático que recogía la exposición iberoamericana de 1929.
Salimos del Costurero de la Reina para encontrarnos con la Colección Vicente Madariaga de Arte Contemporáneo, Museo Arqueológico Provincial de Sevilla, Museo de Arte y Costumbres Populares de Sevilla, Pabellón Real y el Museo de Capitanía o museo Militar Regional.
Otro de los itinerarios es de carácter botánico y visita el Jardín de las Delicias que se extiende desde el Paseo de las Delicias al Parque María Luisa. En el encontrarás especies como el Pino canario, Ciprés de los pantanos ó ciprés calvo, Árbol cepillo o limpiatubos, la Araucaria australiana, Araar, Tuya articulada, Alanto o Árbol del cielo, Plátano de Sombra, Aligustre Durillo, Palmera latania, Ciruelo de Pissard, Falsa Acacia y el Arce Negundo.
Desde el Centro Temático del Costurero de la Reina comenzamos el itinerario en el Paseo de San Telmo hasta el Prado de San Sebastián atravesando la Puerta de Jérez y visitando los Pabellones de EE.UU, Perú, Uruguay, Portugal, el Hotel Alfonso XIII, Fuente de las Cuatro Estaciones y la Puerta de San Diego.
Propone una búsqueda de identidad retornando a lo tradicional. El regionalismo recupera los estilos plateréscos y románicos además de las propias tendencias de cada zona geográfica destacando el uso de materiales y estilos propios. En Sevilla la arquitectura se adapta a los materiales y decoración tradicional como el ladrillo rojo, el azulejo de Triana, yesería y forja de hierro. El recorrido transcurre por Pabellón de Sevilla, Plaza de España, Pabellón de la Compañía Telefónica, Pabellón de Domenecq, Pabellón Real y el de Bellas Artes.
Antiguamente la Avenida de las Palmeras se llamaba la Avenida de Reina Victoria. Les invitamos a un recorrido por los antiguos pabellones que conformaron esta avenida durante la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929. En el paseo encontraremos los Pabellones de Guatemala, Argentina, Colombia, Marruecos, Brasil, México, Cuba y Santo Domingo, los Jardines de las Delicias y la Avenida de la Palmera.
Latitud: 37.396376 | Longitud: -5.983897
Es un producto de BERDEAGO, Asociación Europea para la Sostenibilidad
Plaza Celestino María del Arenal, Nº 3º - 4º Trasera 48015 Bilbao - Bizkaia
Teléfono [+34] 944 967 717