Colmenar Viejo

Colmenar Viejo

Un poco de historia...

Los diversos trabajos arqueológicos que se han estado realizando en las tierras de Colmenar Viejo y su comarca han sacado a la luz toda una serie de restos que nos permiten asegurar, la existencia desde al  menos el siglo VI y hasta un periodo no determinado (siglo IX), de asentamientos humanos más o menos estables anteriores a la reconquista y repoblación cristianas. 

Cuando a finales del siglo XI, Alfonso VI conquista la actual provincia de Madrid, apenas sí hay poblaciones al norte de la villa madrileña, a quien el monarca otorga un alfoz o término dependiente con unos límites definidos: los montes y sierras que hay entre esta Villa y la ciudad de Segovia, desde el puerto del Berrueco hasta el de Lozoya.

Esta delimitación genérica y la necesidad segoviana de mayores pastos para sus extensos rebaños ovinos van a provocar un conflicto secular entre ambos concejos, que llegará a las armas cuando la ciudad de Segovia funda, hacia 1236, una serie de pueblas como Manzanares y Colmenar, con el claro propósito de asegurar sus derechos sobre la zona.

Finalmente, Alfonso X sustraerá de ambos concejos el territorio en litigio que desde entonces será conocido como "El Real de Manzanares", el cual pasará a depender directamente de la Corona hasta que el monarca determine a cual de ellos pertenece. Al frente del territorio, Alfonso X coloca a un representante de la Corona.  Así, a lo largo de casi un siglo, entre 1290 y 1383, el Real de Manzanares y consiguientemente, Colmenar Viejo, pasará a depender de toda una serie de personajes ligados a la Corona.

Monarcas e infanzones,  reinas y concubinas, purpurados y presbíteros, nobles y plebeyos... A lo largo de estos dos primeros siglos, toda una serie de "altos" personajes de la historia nacional se vieron directamente relacionados con la recién fundada aldea.

Desde Fernando III "el santo" que soportó los primeros enfrentamientos causados por su fundación, o su hijo y sucesor "El Sabio" Alfonso X, que la incorporó a la tutela real hasta resolver el conflicto, pasando por su tío el Infante D. Enrique, quien se apoderó del denominado "Real de Manzanares", hasta El 1 de noviembre de 1383, cuando Juan I libra un privilegio en La Puebla de Montalbán por el cual concede el Real de Manzanares a su Mayordomo Mayor D. Pedro González de Mendoza. Esta va a ser la adjudicación definitiva, completándose con la concesión en 1445, a uno de sus sucesores, D. Iñigo López de Mendoza, Conde del Real de Manzanares, en manos de cuyos descendientes estará la jurisdicción del territorio hasta la disolución de los Señoríos en el siglo XIX.

El denominado Estado del Real y Condado de Manzanares, integrado varias décadas después en el más amplio de la Casa Ducal del Infantado, estaba compuesto por una villa, Manzanares, y 22 aldeas y lugares.

La evolución seguida por las distintas poblaciones del Real entre el siglo XIII y el XVI va a ser muy diferente. Mientras la Villa, Manzanares, crece muy lentamente, algunas de las todavía aldeas, como Guadarrama, Porquerizas (hoy Miraflores) y sobre todo el Colmenar Viejo tienen un crecimiento demográfico notable.

Colmenar Viejo concentra la mayor población del Real y Condado, de tal manera que consigue el 22 de noviembre de 1504, la segregación jurisdiccional de Manzanares por Isabel la Católica; siendo la villa que logre un mayor término municipal, para erigirse como el centro económico y administrativo del Señorío y residencia del Gobernador y Alcalde Mayor del Condado.

La Guerra de Sucesión española afecta muy negativamente a Colmenar Viejo. La villa, como cabecera de comarca va a ser escenario de reclutamiento y abastecimiento de tropas, al tener que mantener un contingente militar en su territorio. El final de la Guerra supone una recuperación, tanto a nivel de población, como de su economía a través de la artesanía textil.

La Guerra de Independencia, contra las tropas francesas, cortan otra vez esa recuperación demográfica y económica. Hasta la segunda mitad del siglo XIX con los procesos desamortizadores se modifica la estructura social y económica. La economía se ruraliza y las actividades agropecuarias van a tener un peso mucho mayor del que tuvieron en los siglos anteriores.

La Guerra civil puso fin a la actividad ganadera y rural hasta que finalmente, en los años sesenta vuelve a impulsarse su identidad.

Visita

• Basílica de la Asunción de Nuestra Señora
• Capilla de Santa Ana
• Capilla de San Francisco
• Ermita de Nuestra Señora de la Soledad
• Ermita de Santa Ana
• Ermita de Nuestra Señora de los Remedios
• Pósito de Granos
• Bodega y Lagar de la Casa del Maestro Almeida
• Casa de la Harina y Casa Hidalgos (propiedad privada)

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