Gallegos de Solmirón

Municipio salmantino situado en el extremo suroeste de la provincia, a 65 Km. de la capital. Formó parte del señorío de las Cinco Villas, junto a Mancera de Abajo, Naharros del Castillo, Salmoral, San Miguel de Serrezuela y Montalvo, perteneciente a la Casa de Alba, constituyendo el Señorío del Marqués de Mancera, desde 1534 hasta 1783; señores de las Cinco Villas fueron D. Cristóbal Colón, posteriormente nombrado Virrey de las Indias, D. Luis de Toledo, D. Pedro de Toledo y Leyva, al que el Rey Felipe IV le concede el marquesado de Mancera y el virreinato de Perú. D. Antonio Sebastián de Toledo Molina y Salazar. fué también marqués de Mancera, virrey de Nueva España (México), fue grande de España y ministro del primer gobierno del Rey Felipe V.

En 1556 el emperador Carlos I de España y V de Alemania pernoctó en las dependencias eclesiales camino de su retiro hacia el monasterio cacereño de Yuste. Con motivo del aniversario de este periplo, la Asociación de alcaldes del V Centenario colocó una placa conmemorativa en la Plaza como testimonio del paso de tan ilustre personaje.

La construcción de la Iglesia parroquial se remonta al siglo XV; adosado a la fachada norte del templo hubo un convento dominico que dependía de la cercana localidad de Piedrahita y del que no quedan más que algunas señales, como la cruz y el escudo de la orden en la parte central de la fachada, así como la imagen de Santo Domingo de Guzmán en talla de madera que se conserva en el Altar Mayor.

En noviembre de 1556, el Emperador Carlos I de España y V de Alemania ha abdicado de sus dos coronas y, tras desembarcar en la península el 26 de septiembre en el puerto de Laredo, cruza la meseta de norte a sur acompañado de su séquito en un penoso viaje que le llevará durante poco más de un mes, hasta el monasteiio de Yuste, en Cáceres, donde ha resuelto descansar hasta el fin de sus días.

Junto con Gallegos, otras dos localidades salmantinas, Peñaranda de Bracamonte y Alaraz, acogieron el descanso del emperador en su último viaje, en el que atravesó tierras pertenecientes a lo que hoy es Cantabria, Castilla y León y Extremadura.

El sábado 7 de noviembre el emperador y su corte llegan a Peñaranda, tras haber partido el día anterior de la población vallisoletana de Horcajo de las Torres, en un trayecto de tres leguas, menos de 35 Km. Era un hombre cansado, aquejado de la enfermedad de gota, que le consumía.

Las jornadas eran entonces de unos veinte kilómetros. Peñaranda era un señorío perteneciente a los Señores de Peñaranda y Bóveda, posteriormente alcanzaría la categoría de condado.

El séquito del emperador, que viajaba sentado en carroza, estaba compuesto por cerca de 250 personas, entre alabarderos, secretarios, ayudas de cámara y criados. Carlos V se alojó aquella noche en la mansión de los Bracamonte, posiblemente en el palacio de la Puerta del Sol.

El domingo día 8 la comitiva se dirigió hacia el sur bordeando el este de la provincia camino de Alaraz. Tras descansar allí los viajeros siguieron camino hacia el suroeste y eligieron nuestro pueblo como fin de la etapa del lunes día 9 de noviembre; parece ser que pasaron la noche en lo que hoy conocemos como la Casa del Cura. Desde allí continuaron su trayecto por el suroeste de Ávila y después por la provincia de Cáceres para dirigirse a su destino, Yuste.

El 25 de noviembre Carlos I llegó al convento de los Jerónimos de Yuste. La casa de campo que se había hecho construir no estaba aún completamente dispuesta, pero ya el 5 de febrero de 1557, el emperador y su pequeña corte establecieron allí su cuartel permanente. El emperador falleció el 21 de septiembre de 1558 a las dos y media de la mañana.

Entre su patrimonio monumental destacamos la Iglesia, el monumento más emblemático del municipio, su construcción se remonta al siglo XV, un siglo después el templo se amplía y se remata con una cabecera de planta semihexagonal y una bóveda de crucería. En el siglo XVII se añade la sacristía. Son dignas de reseñar sus grandes dimensiones, el suelo, los arcos y la pila bautismal de granito y los retablos del Altar Mayor.