Plaza Mayor de Valladolid

La Plaza Mayor de Valladolid situada en el centro de la ciudad, se encuentra rodeada por las plazas de la Rinconada y del Corrillo y desemboca en las calles de la Cebadería y del Peso al norte, de Alarcón, de Guiñones y del duque de la Victoria al este, de la Constitución y Héroes del Alcázar de Toledo al sur y las calles de Correos y de la Reina al oeste.

La ciudad de Valladolid era una pequeña aldea agrícola rodeada por una cerca defensiva a mediados del siglo XI. El espacio que hoy ocupa la plaza Mayor y sus alrededores se hallaban fuera de la primera muralla, cerca de la puerta conocida como postigo del Trigo, por donde los mercaderes accedían a la villa para vender sus productos.

Con la adquisición del señorío de la villa por parte del conde Pedro Ansúrez en 1072, se mandó construir un palacio para él y su esposa doña Eylo Alfonso y las iglesias de Santa María la Mayor y de Santa María La Antigua y se instaló el concejo. La plaza de Santa María, era el centro de la nueva ciudad. Por otro lado, en el terreno donde hoy se ubica la plaza se fueron construyendo otros edificios.

La plaza Mayor tiene su ubicación desde mediados del siglo XIII cuando el mercado se trasladó de la Plaza de Santa María a la Plaza del Mercado, que desde comienzos del XVI cambió su nombre por Plaza Mayor. Los distintos gremios se fueron instalando en las calles aledañas, siendo el Convento de San Francisco, el edificio más importante en las inmediaciones hasta 1499. A partir de esa fecha, por mandato de los Reyes Católicos fue la Casa del Municipio la que obtuvo mayor protagonismo para los ciudadanos de la ciudad.

Del 21 de septiembre de 1561 hasta el 23 de septiembre un fuerte incendió arrasó la ciudad, dejándo a su paso la destrucción de 440 casas entre las que se encuentran los edificios de la Plaza Mayor y algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Al día siguiente de la finalización del incendio, Francisco de Salamanca encargó las labores de reconstrucción, en las que se encuentra la construcción de tiendas provisionales en la propia plaza y se realojó a los afectados por el incendio, utilizando para ello casas prestadas por los propios vecinos.

El 24 de septiembre, el concejo solicitó ayuda para la reedificación de la zona afectada a Felipe II. Al día siguiente, tras una nueva reunión del concejo, se decidió encargar a Francisco de Salamanca el proyecto de reconstrucción de la zona y un estudio sobre la distribución del espacio urbano anterior al incendio. En este estudio previo ya se plasma la idea de una gran plaza donde se construirían las casas del consistorio y se ubicaran de forma ordenada los distintos gremios, oficios y servicios.

Hoy, esta plaza presidida por la estatua del Conde Ansúrez, que presume ser una de las más grandes del país, es el punto de encuentro de visitantes y villisoletanos.