Si hacemos un recorrido por tierras extremeñas en las diferentes estaciones del año, percibiremos como los van cambiando en función del ciclo de la naturaleza, tanto en el colorido de sus campos como en el aroma que envuelve los paisajes.
Dentro de este recorrido, una de las paradas imprescindibles es Almendralejo, capital de Tierra de Barros que cuenta con una actividad turística con identidad propia y única en la región, el enoturismo. Con un total de 20 bodegas y cooperativas dedicadas a la elaboración, crianza y embotellado del vino que pueden visitarse a lo largo de todo el año.
Almendralejo es Ciudad Internacional y Ciudad Antigua del vino, escenario de gran variedad de actividades en torno a este caldo. Además de sus Jornadas Gastronómicas, otro acontecimiento ya consolidado en la región, que con la colaboración de los restauradores de la ciudad convierte a Almendralejo durante la última semana de noviembre en el centro gastronómico de la región, donde degustar productos extremeños acompañados de excelentes vinos de Ribera del Guadiana.
El enoturismo está en fase de crecimiento en la capital de Tierra de Barros De este modo, se están consolidando y creando grandes proyectos en torno a él. Uno de ellos es El Museo de las Ciencias del Vino de Almendralejo, que se ubica en el edificio que fue la “Alcoholera Extremeña”, una construcción que ha sido rehabilitada como testigo de arquitectura industrial y que conserva la estructura inicial de la alcoholera. Dentro del museo, además de las salas que albergarán directamente la exposición permanente en torno al vino, nos encontramos con la sala de exposiciones itinerantes, un salón de actos, una vinacoteca, una biblioteca y unos jardines con distintos tipos de viñas. El museo ofrecerá una oferta cultural en cuanto al patrimonio material e inmaterial del mundo vitivinícola se refiere.
Todas estas actividades relacionadas con el turismo del vino junto con la infraestructura turística de la ciudad: la hostelería, restauración, vinotecas y las tierras fértiles de Tierra de Barros, hacen que esta comarca cuenten con una serie de recursos y requisitos para llevar a cabo y desarrollar esta actividad que ya es una realidad en varias zonas vitivinícolas de España. Nos referimos a la creación de la Ruta del Vino de Ribera del Guadiana que ofrece la posibilidad de sumergirse en la cultura, tradición y costumbres de este territorio vitivinícola. Pasear por un viñedo, visitar una bodega y conocer el proceso de elaboración del vino, degustar la gastronomía local, alojarse en un entorno rural, tomar un buen vino en una taberna y adquirir productos típicos en una tienda especializada son algunas de las experiencias que esta ruta del vino brinda al visitante. Todo ello, sin olvidar, la oportunidad de conocer el patrimonio histórico, cultural y natural de esta zona.
El RECORRIDO por las Subzonas de la D.O. Ribera Del Guadiana
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