La Casa Batlló

Detalle del tejado de la Casa Batlló

Un poco de historia

La Casa Batlló de más de 5.000 metros cuadrados, se construyó entre 1904 y 1906 sobre un inmueble anterior en el centro de la ciudad, por el genial arquitecto catalán Gaudí.

Esta una obra maestra de forma, color y luz. Es la muestra de como Gaudí se anticipa a la tesis del racionalismo, que vendrá 30 años después con su idea moderna de la ventilación.

La obra en su conjunto es un prodigio de diseño ornamental gracias a la eclosión de los oficios del hierro forjado, madera, vidrio, cerámica y piedra arenisca de Montjuic, trabajado por los mejores artesanos.

En 1903 el edificio fue adquirido por el industrial Josep Batlló i Casanovas, empresario de la industria textil de la época. Estaba casado con Amàlia Godó i Belaunzarán, de la familia de los condes de Godó, editores del diario La Vanguardia, con la que tuvo cinco hijos. El matrimonio vivió en la planta noble de la casa hasta la defunción de ambos, que fue vendida por sus hijos en 1954.

Descripción

Su original fachada llena de fantasía e imaginación se realizó reconstruyendo los muros exteriores dotándoles de formas onduladas imposibles que revocó con mortero de cal y recubrió con trencadís de vidrios de colores y discos de cerámica.

En la parte superior de la fachada observamos que el tejado tiene forma de lomo de dragón con grandes escamas tornasoladas. El remate espinal está formado por piezas esféricas de grandes dimensiones con colores cambiantes de un extremo a otro de toda la cumbrera. Además encontramos cuatro grupos de chimeneas, que destacan por su estética y funcionalidad. Se recubrieron las superficies curvas con baldosas troceadas, como hacían los bizantinos.

La gran tribuna del salón principal de la planta noble, se compone de ventanas de madera dotadas de contrapesos para su subida y bajada. Resalta la particularidad de que no hay jambas ni montantes, de manera que es posible levantar todas las cristaleras y tener una abertura panorámica, por todo lo ancho del salón.

A nivel de planta baja, planta noble y primera planta, la fachada incorpora esbeltas columnas de piedra de formas óseas decoradas con elementos florales típicamente modernistas.

Las barandillas de los balcones con forma de máscaras son de hierro colado en una sola pieza y están fijadas mediante dos puntos de anclaje, de manera que parte de las mismas sobresale en voladizo.

La fachada en su conjunto es una representación alegre, alegórica, llena de simbolismo y de colores, todo un espectáculo de luz y el color.

El Interior consta de planta baja, principal con patio, cuatro plantas enteras, desván y azotea, acceso privado a la planta noble o principal, una escalera de vecinos que discurre por un patio de luces ensanchado y artísticamente alicatado como si se tratase de un paramento de fachada exterior. Desde la calle se accede a las cocheras, a ras de calle, que se adentran ocupando la parte subterránea del patio de la planta noble y desde las cuales se accede a las Carboneras, en la parte inferior.

En la planta noble, residencia de la familia Batlló, se realizó una nueva distribución con tabiques de formas onduladas y la decoración de las habitaciones.

A la entrada observamos una imponente reja de hierro en el vestíbulo de la planta baja que separa el acceso privado hacia la vivienda. Una gran escalera de madera se abre camino desde un recibidor de techos abovedados, dotado de lucernarios con formas de caparazón de tortuga. El pasa manos también es el espinazo de un gran animal tallado en madera. La idea de fondo marino se plasma en los cromatismos de la superficie del mar, la arena y las bocas marinas.

La vivienda familiar está dotada de un patio privado hacia el interior de la manzana.

El salón principal formado por un salón central y dos saloncitos laterales pueden unirse formando una gran estancia. En la parte central se encuentra la tribuna que sobresale hacia la calle.

Una de las partes más importantes de la reforma es el patio de luces. Gaudí ensancha el patio de luces y lo reviste completamente con azulejos en distintos tonos de azules, que son mas intensos en la parte superior y mas claros en la parte inferior, logrando así una distribución uniforme de la luz. Las ventanas son mas pequeñas en la parte superior donde llega mayor cantidad de luz natural, mientras que hacia abajo, estas se van haciendo mas grandes. La parte inferior de las ventanas incorpora unas rendijas de madera que pueden abrirse o cerrarse asegurando una buena ventilación. En la parte central del patio de luces instala el ascensor, cuya hermosa cabina original de madera continúa en funcionamiento.

La gran claraboya central consta de grandes elementos de hierro y cristales y cubre el gran patio de luces ensanchado por Gaudí. Esta gran claraboya es la que permite la entrada de luz en cascada por todo el patio de luces.

El desván de espacios diáfanos y ventilados, destaca por su estructura de arcos. Desde la sala principal del desván. En ella se aprecia la estructura de costillas y esternón que crean los arcos parabólicos que sustenta la azotea. Además destacamos las escaleras helicoidales y la barandilla de hierro de líneas sencillas.

Las puertas de cada piso están identificadas mediante letras de rasgos modernistas, diseñadas por Gaudí especialmente para la Casa Batlló. Los vidrios industriales en los rellanos de la escalera de vecinos, permiten el paso de la luz con discreción. Formas ergonómicas en pomos y pasamanos, tragaluces, lucernarios. Es la obra de arte en el que el artista lo interviene todo: diseño, color, forma, espacio, luz.