Catedral de Palma de Mallorca
Con una historia que se remonta al siglo V, la época más esplendorosa de los judíos mallorquines o chuetas se sitúa a mediados del siglo XIV. Mallorca era una de las más importantes escuelas de navegación del mundo y gozaba de gran reputación como centro del saber y de cultura. El rey Joan I insistió en que fuera respetado el saber de los judíos y ordenó que los libros hebreos de la aljama no fueran incautados y fueran considerados bienes privilegiados.
La astronomía, la astrología, las matemáticas, la medicina, la filosofía, la jurisprudencia y las ciencias en general eran atesoradas por los eruditos judíos, quienes traducían los textos del árabe y los completaban con sus propios conocimientos, actuando así como intermediarios en la difusión del saber.
Tras del asalto al Call de 1391 un cierto número de judíos conversos se reinstalaron en sus viviendas, otros pudieron emigrar y algunos se mantuvieron en su fe. Las divisiones internas entre la comunidad judía, agravadas por un nuevo clima de hostilidad desde 1413 desembocaron en el grave conflicto de 1435, del que sólo pudieron hallar la solución convirtiéndose en masa al cristianismo para excitar la piedad del clero y de los demás pobladores de la isla.
La conversión oficial a la fe católica en 1435 fue más ficticia que real; en el Archivo Histórico Nacional de Madrid se conserva un acta procesal de la Santa Inquisición: en el año 1778 doscientos doce xuetes fueron sorprendidos de judaizar en un huerto extramuros propiedad de uno de ellos.
Cuando la conquista cristiana de 1229/1230, la Judería de la ciudad árabe estaba situada dentro del cercado de esta ciudadela fortificada, al norte del Castillo de la Almudaina, con cuya plaza confrontaba, hacia la parte occidental de la misma, es decir, aproximadamente donde se hallan el palacio y la Biblioteca March, en la Cuesta de n'Andarró, amplia escalinata que une la ciudad alta con la baja.
El Call Menor
El perímetro por donde transcurrimos ahora, entre la Carrer de San Bartomeu, de les Monges y de Jaume II, debe encerrar en su subsuelo los restos del antiguo Call Menor, del que no ha quedado ningún resto monumental ni descripción exacta.
El 6 de abril de 1236, Ramón Berenguer de Ager por donación de Jaume I traspasó el dominio absoluto de toda la Aljama que habitaba en el recinto de la Almudaina a Pedro de Portugal, señor feudatario de la isla por el Conquistador. Acto seguido, los judíos deshabitaron en parte la Almudaina para establecerse en este cercana zona conocida como Call Menor, en la parte alta de la parroquia de San Nicolás, hacia el Carrer del Segell (actualmente de Jaume II), y que tuvo por sinagoga la también desaparecida iglesia de San Bartolomé.
El Call Major
El nuevo Call había sido un deseo y una gracia concedida por el rey Alfonso de Aragón, hijo de Pedro de Aragón. El 5 de enero de 1285 el nuevo rey confirmaba los privilegios de los judíos mallorquines que ya les había concedido Jaime I. La residencia en el nuevo Call fue voluntaria hasta que el rey la hizo obligatoria (23 de mayo de 1303), si bien el 28 de junio, a instancias de los secretarios de la aljama, aclaraba que podían regentar los negocios en sus tiendas fuera del barrio, pero con la obligación estricta de comer y dormir en las casas del Call.
Cuando Jaime II recobró su corona los judíos se hallaban instalados ya en las calles de las órdenes del Temple y de Calatrava hasta las vecindades del convento de Santa Clara.
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