Un ÁRBOL MONUMENTAL o singular es aquél que destaca por sus especiales características atendiendo a su edad, tamaño, historia o valor cultural, belleza, ubicación u otras cuestiones análogas. Tomando esta base como referencia, el OLIVO puede ser considerado un árbol monumental en sí mismo. Elemento fundamental e indisociable de la cultura mediterránea, las primeras referencias al olivo datan del III milenio a. C. en Siria. Una rama de olivo aparece en la tumba de Tutankamón en el antiguo Egipto, por no hablar de la olivicultura de los árabes, muy enraizada desde hace milenios en la península arábiga. Según un antiguo refrán hebreo, “si compras un buey o un asno, serán tus servidores mientras vivan, pero si plantas un olivo, serás su servidor mientras vivas”. Precisamente a través del ser humano que lo planta y lo cuida, el olivo ha conquistado enormes territorios a lo largo de milenios. El hombre no sólo ha sido para el olivo el responsable de su cuidado y supervisión, también ha sido el eslabón que ha hecho posible la transmisión de una rica cultura ligada a él, que garantiza el bienestar de árboles milenarios de vasta existencia junto a nosotros.
En MALLORCA se estima que hay olivos desde tiempos inmemoriales, hace unos dos milenios. Introducidos en su día por los cartagineses y fenicios, definitivamente impulsados por los romanos, los olivos son parte indisociable del paisaje de Mallorca. Debido a su longevidad de siglos y hasta milenios, hay ejemplares que ya por sí solos constituyen un atractivo singular y, en conjunto, constituyen un patrimonio natural y cultural de incalculable valor. Olivares centenarios y milenarios, de formas caprichosas e inverosímiles, talleres, catas o degustaciones, clases de cocina o de elaboración de aceite, visitas a almazaras o tafonas antiguas o lugares de gran interés paisajístico y cultural como el Barranco de Biniaraix y sus tradicionales merjades. Descubre la cara oculta más desconocida y bella de Mallorca con esta propuesta de oleoturismo por la Serra de Tramuntana.
CURIOSIDADES Y DATOS A TENER EN CUENTA
EL OLIVO DE CORT. Aunque el mayor potencial para el oleoturismo está en el norte de la isla, a lo largo y ancho de la SERRA DE TRAMUNTANA, cuyo paisaje cultural fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2010, hay una parada obligatoria en la capital de la isla. El majestuoso olivo situado en la PLAZA DE CORT en el centro de Palma llegó a su emplazamiento actual hace décadas desde una finca de Pollença. ¿El motivo? Plantarlo como símbolo de paz y arraigo a la tierra. Su tronco, repleto de curiosas formas, está incluso catalogado y protegido por la Ley de Protección de Árboles Singulares.
TAFONAS Y POSESIONES. El OLIVO es el gran protagonista de uno de los paisajes más típicos y característicos de la isla de Mallorca. Contemplar y dejarse seducir por algunas cepas de olivos mallorquines, consideradas un verdadero arte de la naturaleza por sus formas imposibles, es un regalo único en el mundo. Hasta hace no muchas décadas, la producción de la aceituna dinamizó la economía rural mallorquina y dejó huella en el lenguaje, las glosas, los cuentos, la gastronomía y las costumbres de los isleños. Las TAFONAS fueron, en este contexto, el eje económico de muchas posesiones mallorquinas, el tipo de hábitat rural disperso propio de la isla, con zonas de vivienda y otras dependencias para la explotación agrícola-ganadera de un extenso territorio circundante. Es el equivalente a la masía catalana, al caserío vasco o al cortijo andaluz. Hoy en día todavía existen algunas de estas históricas tafonas, algunas manteniendo su producción o que han sido reconvertidas en establecimientos y espacios visitables. Un buen ejemplo de posesión de montaña, de la época medieval, es COMA SEMA, junto al pueblo de Orient, en plena Serra de Tramuntana, en dónde además de un majestuoso olivar con variedades milenarias, también se conserva un molino de aceite tradicional de tracción mecánica. No es el único, la almazara de CA’N DET en Sóller es una de las pocas que aún están en activo utilizando el método tradicional con el molino de piedra, los capachos y la prensa hidráulica. La COOPERATIVA AGRÍCOLA SAN BARTOLOMÉ DE SÓLLER es otra referencia. Fundada el 22 de abril de 1899, ha evolucionado de acuerdo con los tiempos para seguir manteniendo la actividad agrícola y la imagen del valle, marcada por los naranjos y los olivares. La producción agraria de la Sierra de Tramuntana ha sido durante siglos el resplandor y la luz de la economía local. Bajo su calor ha crecido y se ha desarrollado una identidad propia, una forma de vida, tradiciones y cultura, que quedan documentadas en el entorno de las montañas y valles. Ha pasado el día, la luz y el resplandor del sol, llegado a un cenit en dónde las actividades agrarias tienen la rentabilidad de antes. Desde la Cooperativa de Sóller han querido aprovechar este momento para impulsar un bonito proyecto, el centro de interpretación CAPVESPRE, una simbología del momento actual entre el día y la noche, para juntar, clasificar y documentar todo este legado histórico, etnográfico y cultural que nos ha llegado de los pasados siglos.
PAISAJE Y ETNOGRAFÍA. El paisaje costero que encuentra el visitante entre DEIÀ y SÓLLER tiene mucho valor en lo que a OLIVARES centenarios se refiere. En cualquier caso, hablar de paisaje y etnografía en este sentido es hablar del BARRANCO DE BINIARAIX en el valle de Sóller, declarado Bien de Interés Cultural en 1994. Un olivar de montaña, típico de la Serra de Tramuntana, en donde es posible ver multitud de ejemplares centenarios y elementos de arquitectura tradicional mallorquina, sobre todo en forma de merjades (los muros de piedra que jalonan el abrupto paisaje del norte de la isla). El camino empedrado es un magnífico ejemplo de la ingeniería tradicional de la piedra en seco e incluye puentes, bancales hechos en las laderas de imponentes acantilados, fuentes o casas de posesión. Entre los árboles que encontramos destaca la Madona des Barranc, un ejemplar centenario de formas retorcidas y notable belleza, rodeado de otros ejemplares igualmente singulares. Un espectáculo visual y sonoro, de gran belleza paisajística, que supone toda una invitación para practicar senderismo interpretativo. No en vano, la subida al barranco es parte del GR 221, la llamada Ruta de la Pedra en Sec, el sendero de Gran Recorrido que atraviesa la Serra de Tramuntana de lado a lado y que es una magnífica oportunidad de testar palmo a palma toda la belleza de este territorio. El Barranco de Biniaraix forma parte de la 3ª etapa del GR 221 entre SÓLLER y la FONT DES PRAT, partiendo desde la aldea que lleva el mismo nombre debido a una antigua alquería musulmana. Lo más destacable es su arquitectura integrada armoniosamente con el territorio que la rodea, dándole un encanto especial. Ubicada sobre una pequeña colina, sus calles empinadas y empedradas discurren serpenteándose entre antiguas viviendas de campesinos y señores. Desde Biniaraix es posible visitar otros pueblos del valle de Sóller de mucho encanto como FORNALUTX, de calles empinadas con sus características tejas pintadas que se conservan en los voladizos de los tejados y el MUSEO DE CAN XOROI como visita obligada. En su interior conserva una importante colección de tejas pintadas típicas de Fornalutx y una antigua Almazara. Está abierto los viernes y sábados por la mañana y su entrada es gratuita. El camino entre Biniaraix y Fornalutx transita por el CAMÍ DES MARROIG, una de las zonas productivas de montaña más importantes de la denominación de origen Aceite de Mallorca con multitud de olivos situados en impresionantes bancales de piedra.
D.O.P ACEITE DE MALLORCA: (Aceite mallorquín, Oli de Mallorca u Oli mallorquí) Se trata del aceite de oliva virgen extra obtenido de las variedades mallorquina o empeltre, arbequina y picual, por procedimientos mecánicos o por otros medios físicos que no produzcan alteración del aceite, conservando el aroma, sabor y características del fruto del que procede. El perfil sensorial del aceite de Mallorca tiene unas características claramente diferenciadas. Se distinguen dos tipos de aceite: frutado y dulce. En el análisis sensorial del aceite frutado dominan los atributos sensoriales almendrado, dulce y frutado aceituna. La presencia de los atributos picante y amargo son moderados. En el aceite dulce, los atributos picante y amargo son mínimos, mientras que los parámetros frutados, prácticamente no se aprecian. El color del aceite de Mallorca varía desde el amarillo dorado hasta el amarillo verdoso, en función, principalmente de la época de recolección de la aceituna.
UN POCO DE HISTORIA
Se afirma que cuando los cartagineses desembarcaron en las Baleares no sólo traían consigo armas sino también el árbol del olivo. Hoy día, estos árboles de verde perenne que nos ofrecen su fruto, la aceituna, y que se transforman con los siglos en figuras fantásticas llenas de nudos, son una fuente importante de empleo y un adorno irremplazable de la isla. Ningún otro árbol ha llegado a poseer a lo largo del Mediterráneo un significado tan mítico como el del olivo remontándonos ya al final del diluvio, cuando la paloma trajo a Moisés en su pico una rama de olivo, convirtiéndolo así en un símbolo de la reconciliación y de la paz definitiva.
Posiblemente la eficaz fuerza del olivo tenga que ver también con su fama de que pueden alcanzar una longevidad casi bíblica. Las formas más caprichosas podemos encontrarlas en los ejemplares más antiguos, donde los troncos han tomado formas tortuosas y enredadas que semejan figuras, cabezas, narices o postes, a veces incluso aparecen completamente huecos reducidos a su esqueleto. Esta aura tan visual frente a la cual nuestra percepción no tiene límites constituye la singularidad del olivo. Su tallo nudoso no sólo es causa de su antigüedad sino también del ataque de un hongo que pudre algunas partes que han de ser retiradas con el hacha. El vigor imperecedero del árbol ayuda a una curación de sus heridas relativamente rápida, en cuyo proceso se originan formas que dan a menudo la impresión de que la criatura grita desde su interior el dolor y el sufrimiento causados por el hacha.
Las plantaciones de olivos de MALLORCA se concentran en un terreno complicado en la Serra de Tramuntana. En CAIMARI, situado en la carretera de Inca al santuario de Lluc, se encuentra uno de los centros de explotación de olivares. Este pequeño pueblo de no más de 700 habitantes pertenece al ayuntamiento del Selva y el aceite de Caimari es muy reconocido. Sin duda, uno de los ingredientes gastronómicos básicos del Pa amb Oli, el pan sin sal untado en tomate que se come con queso o jamón serrano, muy típico en los desayunos típicamente mallorquines.
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