Cuenta la leyenda que la reina Blanca de Navarra (1385-1441) tomó pacharán en el Monasterio de Santa María de Nieva cuando enfermó, y sus dolencias acabaron. Seiscientos años después, este néctar anisado de color carmesí que se obtiene de las endrinas o arañones se ha convertido en el colofón casi indispensable de la típica comida navarra.
Recorrer en coche la Navarra Media, la ruta que proponemos, se convierte en un gratificante placer: paisajes variados, bellos pueblos, magníficos monasterios y encuentro con gentes laboriosas, todo ello unido y próximo.
Nuestro punto de partida es Pamplona, puerta del Camino de Santiago y donde se encuentra el Consejo Regulador del Pacharán Navarro. Pamplona, ciudad famosa por sus fiestas de San Fermín, invita al viajero a disfrutar de visitas culturales y conocer su catedral de fachada neoclásica e interior gótico. Se recomienda visitar el Mausoleo de Carlos III el Noble y Doña Leonor de Castilla, así como su claustro uno de los mejores ejemplos de gótico francés de España. Otros puntos de interés son las murallas, sus parques, la plaza del Ayuntamiento, la Plaza del Castillo, el Museo Diocesano, el de Navarra, el Archivo Real y General de Navarra rehabilitado por Rafael Moneo y el Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra Baluarte. Recorre su animado casco viejo y degusta los pintxos de la Estafeta, calle protagonista de los encierros que todos los días se celebran durante las fiestas.
Al salir de la ciudad dirección Logroño por la carretera A-12, seguimos el Camino de Santiago y bordeamos el Parque Eólico del Perdón hasta llegar a Puente la Reina, cruce de caminos donde se unen el Camino Francés y el Camino Aragonés. Visita las iglesias del Crucifijo, Santiago y San Pedro. Lo más representativo y lo que da nombre a la ciudad es precisamente el puente románico sobre el río Arga, uno de los ejemplos del románico más bellos y señoriales de toda la ruta jacobea.
Continuamos nuestro itinerario a Estella, capital del río Ega. Muy cerca, a tres kilómetros de Abárzuza, donde se elabora el pacharán más artesanal de Navarra, está el Monasterio de Iranzu, edificado en el siglo XII por los monjes cistercienses en las estribaciones de la sierra de Urbasa; hoy lo habitan religiosos teatinos. Fue abandonado y posteriormente restaurado. El conjunto de construcciones medievales es bellísimo. La Hospedería acoge al visitante, que puede probar allí el pacharán autóctono.
En el corazón de Estella, nada más atravesar el puente del Azucarero, de origen medieval, sobre el río Ega, está la plaza de San Martín con la Fuente de los Chorros, del siglo XVI.
Allí arranca la calle de la Rúa, estrecha y con encanto además de magníficos edificios del siglo XVI y arcos góticos. Antes de adentrarse hay que detenerse en otro enclave, el formado por la plaza de San Martín, el Palacio de los Reyes de Navarra -una joya arquitectónica del románico tardío, convertido en Museo Gustavo de Maeztu-, el Palacio de Justicia, que fue Ayuntamiento del siglo XIV al XIX, y la iglesia fortaleza de San Pedro de la Rúa, del siglo XII, con su maravilloso claustro al aire libre.
Luego se encuentra el barrio de la judería. Muy cerca está la iglesia del Santo Sepulcro del siglo XII, cerrada al público, con su magnífica portada del siglo XIV. En el centro se encuentra el puente de la Cárcel, también de origen medieval. Desde lo alto del puente puede verse la Iglesia de Santa María Jus del Castillo, que fue sinagoga, para convertirse en el siglo XII en iglesia románica. Es recomendable acercarse hasta la iglesia de San Miguel para contemplar el bello pórtico del siglo XII.
Estella es también tierra de buen comer y mejor beber, rica en huertas, con maravillosas alubias rojas, setas, trufas (cerca de Estella está el Museo de la Trufa) y endrinas (también conocidas como arañones o pacharanes) con las que se elabora el pacharán.
A tres kilómetros de Estella, en dirección a Logroño, se encuentra el Monasterio de Irache. Levantado por los benedictinos en el siglo XI, hoy es un conjunto de edificaciones medievales, renacentistas y barrocas. Fue albergue de peregrinos, universidad y muy pronto se iniciarán las obras para convertirlo en parador turístico nacional. El recorrido por la iglesia románica (XII), el claustro plateresco, la torre de estilo herreriano y otras dependencias construidas entre los siglos XVI-XIX le permitirán conocer la historia de este conjunto monumental deshabitado desde 1985.
La próxima parada es Dicastillo, donde se llega por la NA-122, desviándose luego por la carretera NA-6341. Es un pueblo empinado y con una Calle Mayor de abundantes casas blasonadas. Lo más espectacular es el Palacio de la Vega. Propiedad de la condesa de Vega del Pozo, fue construido a finales del siglo XIX en el más puro estilo neogótico. Desde Dicastillo conviene regresar de nuevo a Estella, para tomar otra vez la autopista A-12 y luego la N-111, que conduce a Viana.
Esta villa, como toda la Ruta del Pacharán Navarro, está unida estrechamente al Camino de Santiago. Amurallada y con una Calle Mayor, llena de arte e historia: allí están las casas-palacio como las de los Añoa y Busto, la de los Ripa, los palacios de Dicastillo, Urra o Cereceda o el antiguo hospital de Nuestra Señora de Gracia, actual Casa de Cultura. En 2007 conmemoró el quinto centenario de César Borgia, que cayó herido de muerte en sus tierras, mientras cabalgaba, cuando intentaba recuperar el castillo de Viana para el rey de Navarra. Por último, escuche el canto gregoriano de la iglesia de Santa María de Viana.
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