Ciudad Rodrigo
Castillo de Enrique II de Trastámara
Dominando elescarpe rocoso que constituye la parte más elevada de la ciudad se levanta el Castillo de Enrique II de Trastámara edificado en 1372. De esta sólida construcción destaca la torre del homenaje, de tres plantas y rodeada por una muralla con torres de defensa. Esta torre del s.XVI se realiza por orden de D. Antonio del Águila.
En sus proximdades pueden apreciarse restos de la muralla medieval de la ciudad y un verraco vetón que se sitúa en lo que pudo ser el primitivo núcleo habitado de la ciudad.
Desde 1931 es Parador Nacional de Turismo, siendo este el cuarto que se abrió en el pais.
Conjunto abaluartado
Las murallas en la parte más primitiva datan en la segunda mitad del s. XII, con la repoblación definitiva de Ciudad Rodrigo por el rey Fernando II de León. Se levantaron también, sobre sus muros, cinco torres, repartidas a lo largo de sus dos kilómetros de perímetro. Para completar el proyecto de fortificación, se comenzó a construir la Catedral finalizando el s. XII, como si de una fortaleza se tratara, contando incluso con su propia torre de defensa y en el s. XIV se añadió el Alcázar.
Fuera de la ciudad, se extendía el arrabal conocido como Villa, rodeado por una cerca de argamasa y guijarro, de cuatro tapias de altura, de la que a comienzos del s. XVII sólo quedaban algunos vestigios. En 1641, durante la guerra con Portugal que duraría veintiocho años, se expuso la necesidad de proteger la Villa, por el peligro que corría por parte de los portugueses. Una vez reconstruida, abarcaba la cerca desde la catedral hasta más allá de la puerta del Sol, llegando en extensión hasta el convento de Santa Clara. Esta cerca desapareció definitivamente en las obras de fortificación a comienzos del s. XVIII.
Fue en la Guerra de Sucesión, una vez tomada la plaza, cuando se vio la necesidad de fortificar Ciudad Rodrigo siguiendo los nuevos modelos de defensa militar, a que obligaba la moderna artillería. Entre 1707 y 1710 se rebajaron los muros; se sustituyeron las almenas y merlones por cañoneras; se amplió y pavimentó el adarve de la muralla, facilitando el acceso de los cañones y los movimientos de las tropas; se construyó todo el sistema de fosos, baluartes y revellines; se distribuyeron a lo largo de la muralla garitas de vigilancia y se afianzaron las bóvedas de las puertas del Conde, del Rey y del Sol.
Recorriendo la ciudad se observan puertas, revellines, glacis, fosos... Elementos que constituyen un complejo sistema defensivo que la protegió de que durante la Guerra de la Independencia fuera tomada por la zona próxima a la Catedrál, en el lugar conocido como La Brecha.
Especial mención merecen las puertas de la ciudad: Puerta del Sol, de San Vicente, de Amayuelas, de Santiago, de la Colada, del Conde y el Postigo de San Pelayo.
En los cuerpos de guardia de las Puertas de Conde y el Postigo de San Pelayo se encuentra el Centro de Interpretación de las Fortificaciones de Frontera que muestra la evolución de las construcciones defensivas desde la Prehistoria hasta el siglo XVIII.
Latitud: 40.603722 | Longitud: -6.531129
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