Real Cartuja de Valldemossa
La Iglesia
La primera iglesia del monasterio fue provisionalmente la antigua cocina del Palacio del Rey Sancho, hoy salón de música. Las obras del edificio actual de la iglesia se iniciaron en 1751 y fueron bendecidas en 1812. Es de estilo neoclásico con planta de cruz latina, bóveda de cañón y cúpula sobre el crucero. Fue estucada interiormente y decorada con frescos de Bayeu, cuñado de Goya, quien los realizó entre 1803 y 1808, con la representación de La Gloria que llena la cúpula, y un ciclo iconográfico dedicado a la Virgen María en los diferentes tramos de la bóveda. Destacan también los óleos de Fray Joaquim Juncosa que adornan ambos lados del templo. Sobre el presbiterio destaca el gran retablo, presidido por el Descendimiento de la Cruz, y sobre este grupo escultórico se alza la imagen de santa Catalina Thomás, la única santa mallorquina, nacida en Valldemossa, y con la que los cartujos tuvieron una gran relación, ambas del escultor catalán Adrià Ferran. Las dos imágenes a la derecha e izquierda representan a san Bruno y san Juan Bautista, y son del escultor Llinás, ya que con la desamortización de 1835 las originales, realizadas por Adrià Ferran en 1812, fueron trasladadas a la Catedral de Mallorca. Además del retablo, el presbiterio muestra un lujoso mobiliario: frontal de altar, atril y sede abacial, todo ello de fina marquetería de entre los siglos XVI y XVII.
Sacristía
Al lado izquierdo del presbiterio se encuentra la sacristía. En su interior hallamos verdaderos tesoros artísticos. El mobiliario es también de marquetería del siglo XVII. Destacan sus cómodas, un mueble indicador de misas y el inmenso facistol situado en el centro de la misma. En las vitrinas, entre otros objetos, podemos observar un relicario gótico del siglo XIV con 24 reliquias, que la tradición asegura que fue un regalo del rey Martín de Aragón a los monjes; dos portapaces de marfil, una talla gótica de san José, misales y una edición de la Biblia Vulgata (en latín) del siglo XVI. Los ornamentos litúrgicos (casullas) expuestos son del siglo XVII, tejidos a mano con hilos de oro y plata. También se contempla un frontal de altar realizado en escayola, con incrustaciones de yeso pintado. A la izquierda se abre la capilla de San Sebastián, (con la peculiaridad de que se representa sin las flechas que le identifican), con un retablo del siglo XVII que pertenecía a la antigua iglesia y grabados de diferentes pasajes de la vida de san Bruno.
El claustro de los Mirtos
Es de planta cuadrada, cerrado por un grueso muro que lo rodea y sostiene las abovedadas galerías. En el centro de cada lado se abre un portal rectangular, con dos ventanales a ambas partes, simétricamente colocados. Encima de estos portales, en la parte exterior del claustro, hay un pequeño arco con un escudo, que presenta símbolos religiosos: El Corazón de Jesús, el Corazón de María, el de la Cartuja y un JHS. En el centro de este claustro, dividido en cuatro partes iguales, hay un estanque de traza florentina.
Antigua botica de los cartujos
La antigua farmacia ubicada en la Miranda fue trasladada al interior del monasterio, en lo que antes fue capilla claustral, en el corredor del claustro de los Mirtos. Esta farmacia es hoy uno de los ejemplos de botica conventual conservada intacta, a cuya belleza se añade un valor histórico-científico, ya que la mayoría de los botes, de cerámica catalana, guardan materias primas y antiguos preparados medicinales, al igual que tarros y cajas deliciosamente pintadas en su frontis con motivos alusivos a su contenido. El botamen de esta farmacia está integrado por una importante colección de 138 albarelos o botes de farmacia de cerámica catalana, de entre los siglos XVII y XVIII.
Celda prioral
Esta celda era la que habitaba el padre Prior del Monasterio, más grande que una celda normal; consta de: la capilla, la biblioteca, la Sala de Audiencias, el jardín, el dormitorio, el comedor y el “Avemaría”, aunque una gran parte de ella estaba destinada a uso común.
La biblioteca
En esta dependencia se reunían los padres para hablar la media hora a la semana que la orden les permitía, ya que la proyectada Sala Capitular no se llegó a terminar antes de la exclaustración, así como tampoco la biblioteca que debía instalarse en la torre que hay en la última celda al final del corredor. En ella se reúnen libros y manuscritos de los monjes, entre los que se encuentra una magnífica colección de biblias. Cada monje podía tomar un máximo de tres libros para llevárselos a la celda.
Sala de Audiencias
Era donde el Prior recibía las visitas, y está presidida por el sillón de audiencias. En la vitrina central se hallan documentos reales, libros incunables de astronomía y un incunable de Ramon Llull (El árbol de la ciencia), más dos bulas del Papa Luna de Aviñón, Benedicto XIII, el antipapa, y una carta autógrafa del rey Felipe IV, concediendo a los cartujos la exención de impuestos por las fincas rústicas propiedad del monasterio en la isla. También encontramos un libro de cuentas del monasterio, con asientos de 1702 a 1800, escrito en lengua catalana.
Dormitorio
En él encontramos, al fondo, el catre y el maniquí del hábito, el torno por donde se recibía el pan necesario para el día, que el monje solicitaba mediante un reloj de madera destinado para tal fin. El monje comía solo en su dormitorio, excepto los domingos y festivos, que almorzaba con el resto en el refectorio comunitario.
Comedor
Era usado sólo por los visitantes, ya que los monjes comían en su celda. Su dieta estaba constituida básicamente por pescado, vegetales y lácteos, pan, vino y agua. Nunca comían carne.
La celda
Las celdas del convento nuevo, de unos 15 metros de largo por 10 de ancho, constan de tres habitaciones a nivel del claustro y un jardín en la parte opuesta a éste. La primera corresponde a la sala central, dedicada a la lectura y la oración; está precedida de un pequeño vestíbulo de menor altura de techo, y se la denominaba del “Avemaría” porque en ella había una imagen de la Virgen (probablemente una estampa) ante la cual rezaba el monje aquella oración al entrar y salir de la celda.
A la derecha, mirando al jardín, se encuentra una segunda estancia con una chimenea donde el cartujo realizaba su trabajo. En ella se conserva el torno por el que recibía la comida. Esta sala comunicaba con el jardín a través de un pórtico. El jardín fue en su época el huerto del monje cartujo que habitaba la celda. A la izquierda hallamos la alcoba del monje y un cuartito adyacente donde se encontraba el lavabo y el vestuario. Por encima de éste y del vestíbulo de la entrada, corre una habitación larga y estrecha que servía de almacén, al que se ascendía por una escalera de caracol desde la sala de trabajo y que percibía luz de las habitaciones inferiores por unos rosetones, diferentes todos ellos y que constituyen un hermoso adorno.
Celda 2
Sala dedicada a Frédéric Chopin. La colección Chopin de esta celda reúne manuscritos musicales y cartas autógrafas del pianista compositor; ediciones originales del conjunto de sus obras, emotivos recuerdos como el piano mallorquín, y un mechón de sus cabellos.
Sala dedicada a George Sand. Está ubicada a la derecha de la sala central. La colección Sand está compuesta por manuscritos literarios autógrafos, Un invierno en Mallorca, cartas autógrafas, retratos, fotografías y objetos personales.
Celda 4
En esta celda se puede admirar el piano Pleyel, reconocido histórica y oficialmente como el piano de Chopin, utilizado durante su estancia en La Cartuja y tan ansiosamente esperado. Recordemos que estuvo retenido en la aduana de Palma desde el 20 de diciembre de 1838, y no llegó a la Cartuja hasta principios de enero.
Latitud: 39.708953 | Longitud: 2.623222
Real Cartuja de Valldemossa
Dirección postal: Plaça de la Cartoixa s/n 07170 Valldemossa (Balears (Illes))
Teléfono: (+34) 971 612 106
Correo electrónico: info@cartoixadevalldemossa.com
Web: www.cartoixadevalldemossa.com
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