Ruta por Ibiza Natural

La naturaleza ibicenca es uno de los atractivos más potentes de la isla. Sus frondosos bosques de pino mediterraneo caracterizan el paisaje de la usal desde hace 7.000 años.

Calas de aguas turquesas, islotes, el Parque Natural de Ses Salines o las Reservas Naturales de Es Vedrà, Es Vedranell los islotes de Poniente te invitan a disfrutar de actividades al aire libre.

El Parque Natural de Ses Salines comprende el área situada entre el sur de Ibiza y el norte de Formentera y ocupa un territorio de 1.786,52 hectáreas terrestres y 13.611,80 marinas. En este parque podemos encontrar una gran variedad de ambientes con características ecológicas diferentes: los estanques de las salinas, las playas, los cordones lunares con sabinas centenarias, los acantilados y las costas rocosas, donde se encuentran como el halcón peregrino y el águila pescadora, y los islotes des Freus (s’Espalmador, s’Espardell, el islote des Penjats...).

La Reserva Natural de es Vedrà, es Vedranell i de los islotes de Poniente se encuentra en el sudoeste de la isla de Ibiza, en el término municipal de Sant Josep de sa Talaia. El territorio protegido comprende islotes, medio marino, acantilados, torrentes, playas y campos de cultivo, bosques e importantes macizos montañosos. Una característica relevante es que esta reserva incluye la elevación más importante de la isla de Ibiza, sa Talaia, con 485 mts de altura sobre el nivel del mar.

Además podras disfrutar de espectaculares puestas de sol, bañarse en aguas cristalinas, recorrer campos de vid, almendros en flor, trigo y frutales perfumados por el romero, tomillo y lavanda.

Los parajes donde reina la calma son al norte en el espacio protegido de Es Amunts los pueblos de Sant Mateu, Santa Agnès, Sant Agustí o Es Cubells.

Sant Mateu es un pueblo agradable y pequeño que cultiva una antigua tradición de amor al vino. En el mes de diciembre se celebra la Fiesta del Vino, en la que se dan cita cientos de personas para catar los caldos de la isla.

La carretera que une Sant Rafel y Santa Agnès transcurre en sus tres últimos kilómetros por el área de Es Amunts, catalogada como zona natural protegida. Santa Agnès es un pueblo pequeño en el que reina la calma y que se convierte en el principal atractivo de la isla en las noches de luna llena de enero y febrero, ya que muchos ibicencos acuden al llano para contemplar sus cientos de almendros en flor. Su iglesia fue construida en 1812 y en su interior guarda una talla de la Madre de Dios del Rosario, que data de la misma época que el templo.

Sant Agustí es uno de los pueblos mejor conservados de la isla. Ningún elemento parece romper con la sencilla y bella arquitectura de la pequeña aldea, con la su casa parroquial, situada en la parte trasera de la iglesia, la torre de piedra que hay al fondo y las casas payesas que rodean la plaza. Desde la colina se divisan los campos del entorno, famosos por albergar vides que producen un vino tinto casero y afrutado, de excelente calidad. En las proximidades existen, además, numerosas playas vírgenes, como Platges de Comte o Cala Bassa.

Es Cubells, uno de los pueblos más diminutos de la isla, con un diminuto núcleo urbano, esta localidad posee un encanto especial ya que se encuentra al borde de un inmenso acantilado. Sus habitantes, como en la mayor parte de la isla, viven dispersos por el campo.

Ibiza mantiene virgen la mayor parte de su territorio y atesora un valioso patrimonio botánico y animal donde destacan: olivos, sabinas, halcones, liebres y podencos.