Palau Maricel

Entre 1910 y 1916 se llevo a cabo la construcción del conjunto monumental de Maricel, el cúal transformó la fisonomía del casco antiguo de Sitges dotándolo de una personalidad incomparable.

Este proyecto se realiza gracias al industrial y coleccionista norteamericano Charles Deering y el ingeniero y artista Miquel Utrillo i Morlius.

En 1909, el pintor Ramón Casas invitó a Deering a Sitges, al cual le gustó tanto el pueblo que quiso construirse una residencia cerca del Cau Ferrat. Pero Casas no podía llevar a cabo el proyecto, por lo que le presentó a su amigo Miquel Utrillo para que lo ejecutara.

En 1910 el empresario adquirió el antiguo Hospital de San Juan Bautista por 40.000 pesetas. Así, al año siguiente, Utrillo transformó el inmueble en una casa señorial con elementos ornamentales de diferentes épocas y procedencias.

Tras la reforma del edificio conocido como Maricel de Mar, Deering adquirió las casas de la parte norte de la calle de Fonollar y también otras situadas en la calle de San Juan y en la plaza del Ayuntamiento. De 1912 a 1916, Utrillo levantó Maricel de Terra y lo comunicó con el de Mar a través de un puente sobre la calle de Fonollar.

Debido a la pasión de Deering, el arquitecto adquirió elementos de otros edificios religiosos y civiles para incorporarlos en la fachada. Otro de los artistas destacados que intervinieron es el escultor Pere Jou, que en 1915 llegó a Sitges para realizar una cincuentena de capiteles que decorarían puertas y ventanas del nuevo edificio y que, todavía hoy, son uno de sus principales atractivos.

El interior fue concebido como un auténtico museo. Su propietario lo dotó de piezas únicas y excepcionales colecciones entre las que destacamos pinturas de El Greco, Zurbarán, Goya, Mir, Casas y Sunyer; esculturas de Clarà, Llimona y Casanovas; murales de Sert; el retablo de San Jorge de Bernat Martorell, joya del arte cuatrocentista catalán; sellos asirios, bronces chinos y numerosos muebles y tapices de gran valor histórico.

Deering habitó en Sitges hasta que en 1921, de manera repentina y por causas no esclarecidas, abandonó el Palau de Maricel llevándose todas las obras de arte. Hoy en día, buena parte de las obras se encuentra en el Art Institut of Chicago.

La planta noble del Palau Maricel posee dos espectaculares salones: el Saló d’Or y el Saló Blau. Son utilizados para recepciones, conferencias, bodas, banquetes y todo tipo de actos protocolarios.

Otra visita obligada son las terrazas y el claustro, situados en la parte superior del edificio, lo que nos permite disfrutar de un privilegiado mirador al Mediterráneo.