Casa Lleó Morera (Barcelona)

Casa Lleó Morera

Un poco de historia

La Casa Lleó i Morera diseñada por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner en 1902 sobre la antigua casa Rocamora del año 1864.

Desde el año 2007 la casa forma parte de la Ruta Europea del Modernismo y es una de las casas más emblemáticas de la conocida “Manzana de la discordia” de Barcelona, formada por esta, la Casa Amatller y la Casa Batlló.

Fue galardonada en 1906 con el Primer Premio del Concurso anual de edificios artísticos otorgado por el Ayuntamiento.

Su propietario inicial fue Antoni Morera i Busó que dio el edificio a su sobrina, Francesca Morera Ortiz, la que encargó la remodelación al reconocido arquitecto modernista. Fracesca muere en 1904, antes de ver finalizadas las obras y deja en herencia a su hijo Albert Lleó i Morera, la casa que actualmente se conoce con su nombre.

Descripción

En su decoración participaron numerosos artesanos modernistas, Mario Maragliano y Lluís Bru en mosaicos, Antoni Serra i Fiter en cerámica, Antoni Rigalt i Blanch en vitrales y Gaspar Homar y Josep Pey en mobiliario interior.

La familia Morera quiso dejar referencias a su apellido utilizando elementos decorativos con reproducciones de la imagen de la morera en el patio interior, los tiradores de las puertas, o los semblantes y las manos de porcelana, además de las figuras de Antoni Serra en los mosaicos de la planta principal.

La fachada y la planta baja estaban decoradas con grandes elementos modernistas, como las esculturas de Eusebi Arnau, que representaban dos parejas de figuras femeninas sosteniendo unas vasijas; enmarcando la entrada, con doble juego de columnas pareadas de mármol rosa y en la base de la tribuna del primer piso aparecían un grupo de cabezas femeninas. Pero con las obras para la construcción de una tienda en la planta baja, las esculturas se destruyeron y las cabezas fueron recuperadas por el gerente de la tienda que se las vendió a Salvador Dalí y actualmente se encuentran en el muro del patio de su Teatro-Museo de Figueras.

A mediados de los 80, el arquitecto Óscar Tusquets, restauró el resto del edificio, restituyendo los pináculos y el templete de la cornisa destrozados durante la guerra civil española de 1936. En 1992 se llevó a cabo una nueva restauración con la recuperación de elementos arquitectónicos de la fachada.

En 2012 se concluyeron cuatro meses de obras en los bajos comerciales, recuperándose algunos de los elementos originales como la puerta de carruajes, columnas y mosaicos.