Ruta de las Termas de Ourense

En Orense podemos disfrutar de pozas gratuitas y spas económicos durante todo el año. La capital además es ciudad histórica que atrajo a los romanos a sus fuentes termales y a las vaporosas fuentes de As Burgas, ubicadas en el centro de la ciudad.

Próximo a la plaza ajardinada junto a la Rúa do Progreso, encontramos el humo y borboteo del manantial de aguas alcalinas, litínicas, fluoradas, carbonatadas, silicatadas y levemente radioactivas que afloran a 67 grados de temperatura con un caudal de 300 litros por minuto. En este punto, podremos charlar con los vecinos que se acercan a beber o sumergirse porque

aseguran que son buenas para curar las heridas y las afecciones de la piel. Además nos cuentan como antiguamente las mujeres escaldaban aquí los pollos para quitarles las plumas.

Otra de las fuentes de As Burgas es la Burga de Abaixo, que brota a través de dos gruesos caños y un surtidor de una monumental fuente de mediados del siglo XIX. Situada en la misma plaza pero a mayor altura, encontramos la Burga de Arriba, que fue acondicionada en 2010 como baño termal y dotada de una gran piscina exterior y sauna húmeda. Aquí observaremos a la gente bañándose en la vía pública, porque la piscina está en plena calle, a 150 metros de la Plaza Mayor, un lujo que pocas ciudades del mundo ofrecen.

En noviembre de 2012 se ha inaugurado el Centro de Interpretación de As Burgas, que consta de cinco salas expositivas, dos audiovisuales y 6.000 metros de jardines salpicados de restos arqueológicos, donde al visitante se le invita a dar un paseo por la historia termal de la ciudad. Conocer una natatio o piscina romana, abastecida por un hipocausto o sistema de calefacción del suelo proyectado por los romanos para las termas, y dotada de un ara votiva ofrendada a las ninfas por una tataradeuda de los actuales orensanos: Calpurnia Abana Aeboso.

As Burgas son las fuentes termales más céntricas y famosas de la ciudad de Ourense, pero la ruta continua a orillas del Miño descubriéndonos aguas abajo del Ponte do Milenio, cuatro kilómetros las pozas y termas. De este modo, nos acercamos a las termas de Chavasqueira, Muiño das Veigas, Outariz y Burgas de Canedo, además de las fuentes de Tinteiro y de Reza, todas, a excepción de esta última, en la margen derecha del río. Se puede llegar caminando o en bicicleta a través de un paseo asfaltado que discurre por la orilla del río o tomar el tren turístico que sale desde la Plaza Mayor.

Las primeras termas que vamos a encontrar son las de Chavasqueira, también conocidas como Baños do Bispo, llamadas así por el obispo, inquisidor general, miembro de las Cortes de Cádiz y cardenal Pedro de Quevedo y Quintano (1736-1818) que las adaptó y acomodó para los enfermos que peregrinaban en busca de aguas ardientes y así aliviasen las afecciones reumáticas (artrosis, artritis reumatoide y artritis psoriásica), secuelas quirúrgicas, psoriasis y el acné.

En la ribera encontramos pozas gratuitas junto a unas termas privadas, construidas y decoradas al estilo onsen nipón, donde por cuatro euros se puede disfrutar de 90 minutos de baños, saunas y relajación zen. Además podremos tomar un té verde japonés y comer sushi. Por otro lado, si la visita coincide con los días 7 y 17 de cada mes en la localidad vecina de Campo da Feira tendremos la oportunidad de degustar una pulpada.

Continuamos la ruta en la fuente del Tinteiro, conocida por las particularidades de sus aguas recomendadas para los problemas bucodentales y de cicatrización. A tres kilómetros encontramos las cuatro pozas de Muiño das Veigas, la mayor de 200 metros cuadrados, y cuyas aguas están indicadas para afecciones reumáticas, como la artrosis, y dermatológicas, como los eccemas y la dermatitis atópica.

Próximas a estas, se encuentran las termas de Outariz, realizadas en madera, piedra zen, arce japonés y donde el agua cae a través de cañas de bambú. Esta es la opción más lujosa y cara de la zona.

Otra forma de disfrutar de las aguas de forma gratuita es en las pozas de Outariz y Burgas de Canedo, que se ubican a pocos metros, tras cruzar el río por una pasarela peatonal blanca. Este lugar está bien equipado y dispone de cafetería y vestuario. Las aguas de las ocho pozar que la componen, tienen propiedades beneficiosas para las afecciones reumáticas del aparato locomotor.