Las comunidades judías tuvieron un papel muy importante en la vida social, económica y política de Cataluña desde el siglo X. Contaban con instituciones propias: sinagoga, escuelas rabínicas, tribunales y cementerios, situados generalmente en las afueras de la ciudad. En los últimos años se ha recuperado parte de este legado, que cayó en el olvido tras su expulsión de la Península en 1492.
Recorre las siguientes localidades:
La escuela cabalística de Girona desarrollada por Nahmánides, más conocido como Bonastruc ça Porta, es un punto de referencia para la comunidad judía internacional.
El Call de Girona tenía como eje la antigua Vía Augusta romana, que atravesaba la ciudad de norte a sur. A su alrededor se distribuían el hospital, el orfanato, la casa de caridad y tres sinagogas. El Patronato Municipal Call de Girona, junto con el Centro Bonastruc ça Porta, han realizado una labor importante de recuperación del legado cultural judío en Cataluña.
Centro Bonastruc ça Porta, cuenta con el Museo de Historia de los Judíos en Cataluña, que alberga la colección lapidaria hebrea más importante del país, y el Instituto de Estudios Nahmánides, con un amplio programa de investigación e información en cultura judía.
Además el Museo de Historia de la Ciudad de Girona conserva lápidas y documentos hebreos.
Por último, visita la llamada Ranura de mezuzá donde en algunas casas del call se puede ver la mezuzá.
El miqvé de Besalú es uno de los tres únicos baños rituales judíos que se conservan en Europa, en el lugar donde se levantaba la sinagoga medieval.
En 1148 nació el Call Vell, que iba desde la actual calle Jaume Tió Noé hasta el barranco del Célio. En el siglo XIII se construyó el Call Nou.
De las murallas queda la torre del Célio, o Grossa de Vimpeçol, y el tramo de muralla que une a esta con las "avanzades" de Sant Joan.
También se conserva el horno de la alfarería y el Portal de los Judíos, o del Hierro, que permitía llegar al cementerio hebreo.
Se pueden ver restos de la sinagoga nueva, en la calle Peixateries Velles, lápidas funerarias y restos de la simbología judía y del trazado urbanístico del Call.
El barrio judío se encontraba en las calles situadas alrededor de la plaza de los Ángeles, dentro del recinto de las murallas. Destaca el descubrimiento de una lápida trilingüe escrita en latín, griego y hebreo que parece ser del siglo IV.
En el mes de abril se celebra la "Semana medieval de Sant Jordi" declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional y del Estado español.
La comunidad de Barcelona fue un centro de referencia para los judíos de la europa medieval. En su momento de mayor esplendor, en el siglo XIII, llegó a contar con 4.000 habitantes.
La sinagoga mayor, que ocupaba el espacio de la actual capilla de Sant Jordi del Palau de la Generalitat, y la sinagoga menor, situada bajo los restos de la iglesia de la Trinidad, en la calle Ferran.
Las callejuelas del Call, entre las calles de Banys Nous, Sant Sever, Sant Honorat y la Baixada de Santa Eulàlia.
Lápidas con inscripciones hebraicas en el palacio del Lugarteniente (plaza Sant Iu), en el Museo de Historia de la Ciudad y en la capilla románica del Pueblo Español.
Recinto que correspondió a la sinagoga mayor, en el número 5 de la calle Marlet, restaurado en 2002.
Lápida, en la calle Marlet, que recuerda la fundación de una casa auspiciada por Samuel ha-Sardí, miembro destacado de la comunidad.
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